Desafortunadamente, a las personas que padecemos ANOSMIA, nos resulta imposible reconocer si esta prenda que tanto nos gusta o esta otra que nos regalaron en nuestro pasado cumpleaños huele mal o no, ya no sólo después de su uso, sino también, antes de ponérnosla.
En el siguiente artículo enumeraremos algunas de las causas más frecuentes e intentaremos darles solución.
. Lavadora mal ventilada o húmeda. Una lavadora en estas condiciones puede dejar un olor desagradable en nuestra ropa recién lavada sin que nos demos cuenta. Por ello, es recomendable dejar siempre la puerta de la lavadora abierta después de su uso y de vez en cuando, una vez al mes por ejemplo, realizar un lavado sin ropa a 90ºC. También es conveniente el empleo de suavizantes en cada lavado. Además de suavizar su tacto le confiere un olor a limpio a toda nuestra ropa.
. Debemos dejar secar bien la ropa antes de guardarla. El olor a humedad es debido a que ésta no se ha secado bien o a que ha permanecido demasiado tiempo dentro de la lavadora después de su lavado. Conviene tender las ropas en cuanto la lavadora haya acabado, preferiblemente bajo la luz del sol y no recogerla hasta que esté completamente seca.
. Otro olor que podemos encontrarnos en nuestra ropa es el olor a guardado. Este suele aparecer cuando sacamos de un armario o cajón ropa de otras temporadas o que llevamos tiempo sin usar.
. El olor a comida mientras cocinamos, el trabajo durante horas en espacios donde abundan olores penetrantes o simplemente el convivir con determinadas mascotas puede dejar en nuestra ropa un molesto e incluso repelente olor. Es muy importante que este hecho no nos agobie. Si tenemos dudas, mejor una nueva lavada y así asegurarnos.
. Mención aparte está el olor a sudor. En próximos artículos ahondaremos más en este tema, pero no podemos dejar de pasar por alto su existencia, qué puede motivarlo y por supuesto, cómo intentar darle solución.
El sudor es algo inevitable, pero podemos disminuir su intensidad realizando comidas limpias en grasas, intentando rehuir el picante, evitando el consumo excesivo de cafeína y alcohol, tratando de eludir momentos puntuales de tensión donde el ritmo cardíaco se acelera, o simplemente procurando vestir con ropa adecuada. Determinada ropa ya sea por el material con el que se fabricó o por el uso que le demos, huele a sudor de forma más rápida o incluso permanente. Con altas temperaturas o a la hora de practicar algún deporte, por ejemplo, sudamos más con lo que nuestra inseguridad aumenta.
Es entonces cuando la siguiente pregunta nos aborda en la cabeza. “¿Oleré mal?” Es posible. Aún así, esto no debería de agobiarnos. No somos ni más ni menos que el resto de personas con las que nos cruzamos a diario, que por cierto, también sudan, cocinan y viven con animales. Tratemos de llevarlo con la mayor naturalidad posible. Si conocemos las causas y sabemos cómo solucionarlas, ¿por qué preocuparnos más de lo debido?
Muy interesante, me ayuda mucho esta información. Espero que esta iniciativa crezca en gran manera! Admiro su trabajo con la asociación. Hay muchas personas que necesitan comprender a fondo este tema! Pasamos años de nuestra vida adaptándonos sin tener información como esta! Sobre todo quienes lo vivimos de nacimiento, en mi opinión, espero que algún día se tome conciencia en las escuelas y centros médicos sobre la anosmia en edad temprana, y se hagan test o alguna prueba para saber desde niños que esto nos pasa! No esperar a la adolescencia para darnos cuenta!